Esta falla fue la más grande, con una altura de 1,60 m y un diámetro de 1,10 m. El montaje fue complicado por su tamaño, al contrario que la critica que fue sencillísima ya que temíamos más temas y situaciones de las necesarias.
La inspiración fue el famoso concurso de TV el juego de la Oca, en el cual los concursantes pasaban las de San Amaro. Se encontraban en las situaciones más arriesgadas que uno pueda imaginar, su plato principal las serpientes, sustos de toda índole, pruebas imposibles de pasar “y las pasaban” eso si, si conseguían llegar al final allí les esperaba un peluquero medieval muy bruto que sin preguntar les rapaba el pelo sin contemplaciones.
Todas estas situaciones las vemos en esta falla. También a su presentador, Emilio Aragón, con su esmoquin y sus zapatillas de deporte, vemos junto a él al maltrecho concursante a punto de llegar a la meta y antes de pasar por el corta pelo.
El osado concursante llaga al plató en parapente, dispuesto a desafiar cualquier reto.
En una prueba tenía que pasar de una columna a otra por un puente movedizo de fichas de dominó, lástima, terminó estrellándose contra el suelo.
Las bailarinas animan al lastimoso individuo, que viene de pelearse con los cocodrilos y parece ser que uno le tomó cariño y no quiere separarse de él.
La ruleta de la suerte, el concursante tira el dardo para ver qué zona del cuerpo le embadurnan de pintura.
El tijeras esperando a su presa para trasquilarle el pelo.
Un cámara grabando la tortura de la casilla número dos.
En una cama, el concursante atado de pies y manos es rociado con varios ácidos, productos inflamables y diversas porquerías, un ayudante del programa le acerca los explosivos.
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