Este año la conciencia del medio ambiente hizo mella en el ánimo de la comisión, dedicando su falla a ese tema, con humor, claro.
La primavera que está a punto de comenzar, fue la inspiración para esta cesta repleta de margaritas.
La escalinata que conduce a la cesta, es la meta para un sin fin de bichitos, que compiten por llegar cuanto antes al rico néctar de las atractivas flores. Lo que no está claro es por qué compite la fallera ¿se querrá comer las flores? ¿querrá las flores para la ofrenda? . Una pareja de campistas se dispone a comer, en medio de un reguero de hormiguitas. El vendedor de miel aprovecha el día de primavera, para hacer el agosto a costa de las abejas.
Dos viejecillos con mucha marcha, se arrancan por sevillanas.
Vemos la competición de bichitos, por conseguir el primer puesto, una fallera despistada compite también.
Los campistas se disponen a comer, no son conscientes de que acamparon en medio de un hormiguero y tendrán que compartir la comida.
Las dos mariposas que coronan la falla, se diría que van a emprender el vuelo.
Un extraterrestre con su perro, pasa junto a un invernadero y esta a pinto de ser devorado por una inmensa planta carnívora.
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